Fotografía: Javier Fergó. |
Ya hace varias décadas de uno de los mejores discos grabados, posiblemente el mejor, de cante flamenco (Canta Jerez). Y con la sabiduría que dan los años, se vuelven a reunir los metales de La Plazuela y Santiago para rendir ‘tributo’ a aquella reunión de cantaores que dejaron la esencia del cante en vinilo.
Luis el Zambo, Fernando de la Morena, Juan Moneo ‘El Torta’, Manuel Moneo, Capullo de Jerez, Manuel Agujetas. Ahí es ná!. Sólo nombrarlos aparece el duende. Sumemos a esto que estuvieron juntos, no revueltos, compartiendo vivencias a través de su eco, reviviendo el pasado en el presente. La increíble espectacíón levantada se respiraba en la ciudad horas antes del comienzo. ¿Vendrá este?¿ Aparecerá el otro? El rumor estaba vivo, hasta que lo callaron los ecos por tonás del Zambo, El Torta, Manuel Moneo y Agujetas. Los cuatro puntalitos que sostienen a Jerez, que no a Triana!, diría el otro.
Comenzó el cante sin limitaciones, sin barreras, ni medidas, cortando la red que los protege para tirarse de cabeza al albero flamenco.
Volvemos a ver en el escenario una mesa y el compás a nudillo de la bulería por soleá. Un aparente recurso para el flamenco, pero que en Jerez tiene todo su ser; sin guitarras, los nudillos eran la música celestial que acompañaba al cante. Capullo de Jerez, El Zambo, que se paró en la soleá y Manuel Moneo que recogió de nuevo la celeridad del cante al golpe, fueron relajando las tensiones del público. El recuerdo a Moraito y a Terremoto se respiraba en cada verso, en cada mirada, en cada gesto. Fernando de la Morena terció por seguiriya acordándose del genio ‘Morao’ junto a Manuel Valencia que brilló con luz propia. ¡AY, que prontito te has ido/que pena más grande/pero en mi alma suena tu guitarra/.. respiraba el de La Morena. El Zambo arropado por Fernando Moreno resolvió con malagueña de Manuel Torre y Mellizo. A partir de aquí, el compás hizo acto de presencia. Jerez al cante. Bulerías de Fernando, alegrías de ‘El Torta’, o tientos-tangos personalísimos del ‘Capullo’. Y momentazo de la noche. Manuel Moneo por soleá. Como pocas veces lo hemos escuchado. Con que gusto se acordó de Manuel Torre!. Y apareció el duende. Que menos. Con viento a favor, apareció Agujetas. Cada aliento que emanaba de su frágil voz rota por el paso del tiempo, era un cristal que se rompía. Abrió la boca y tembló el cielo. Por soleá, por seguiriya. Sin guión, sin hacer caso al intelecto, solo corazón. Se saltó el guión y se encaró con el fandango, para volver con la seguiriya. Inconmensurable. La noche finalizó por bulerías de la tierra. A caballo entre la Plazuela y Santiago, vía Porverita Y como anfitrión Capullo de Jerez, que levantó al público con sus continuas ‘pataitas’. Estaba a gusto. Moneo y Agujetas en otro mano a mano por fiesta. Moneo y ‘Capullo’ de Jerez, ‘enganchaos en oro y marfil’, un dúo caóticamente perfecto. Un recuerdo retinoso que tardará en borrarse sino deja una cicatriz eterna para los anales del flamenco. Poco o nada sirve una crónica en los días posteriores de este evento. No habrá que dejar macerar el recuerdo de estos seis ‘metales’ para darnos cuenta de que la etiqueta ‘VORS’ ha sido siempre sinónimo según la RACJ (Real Academia del Cante Jondo) de Zambo, Torta, Capullo, Agujetas, Moneo y de La Morena.
Ficha:
Cante
Manuel Moneo, Fernando de la Morena, Luis El Zambo, Capullo de Jerez, Juan Moneo 'El Torta' y Manuel Agujetas.
Guitarras
Periquín 'Niño Jero', F. Moreno, Barullito y Manuel Valencia.
Palmas y compás
Manuel Soto 'El Bo' junto a Juan Grande.
Texto:
Antonio Conde.
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