miércoles, 13 de octubre de 2010

Bienal de Flamenco 2010. Sevilla. Resumen final.

Tras cubrir 28 espectáculos en tres semanas  y por extraño que parezca, a uno le queda la sensación de haber pasado muchas cosas por alto.
La Bienal de Sevilla deja grandes confirmaciones y pocas sorpresas, negativas y positivas.
La organización ha conseguido un éxito rotundo de asistencia. La programación, pese a no haber estado en consonancia con ese "De viva voz" que nos prometían, ha llevado al público a llenar los teatros. Entre los desaciertos hay que destacar los horarios, que nos llevaban conduciendo como locos de un espectáculo que terminaba pasada las 22.30  en el Lope de Vega, a uno que empezaba a las 23.00 en el Teatro Central, lo que sumado a los retrasos para empezar las funciones, ha complicado mucho la labor de la prensa y  la asistencia de muchos espectadores que pretendían ver mas de un espectáculo por día.
Además se han producido situaciones curiosas. David Lagos cantando en el Teatro Alameda cuando hace cinco meses cantaba en el Central. O el homenaje a Yoko Komatsubara en un año dedicado al cante, que para mas inri se produjo en un vacío Teatro de la Maestranza.
En lo meramente artístico hemos vivido la confirmación de Poveda como primera figura del cante actual . Aunque curiosamente el cantaor haya estado muchísimo mas discreto en esta Bienal que en cualquier festival de verano.
Con respecto a las apreciaciones de otros medios y otros compañeros, hay que recalcar que David Lagos no ha explotado en esta Bienal precisamente, hace cinco meses cubríamos su concierto en el Teatro Central y ya era evidente que la propuesta pa´lante del jerezano estaba plenamente consolidada. Lo mismo podemos decir de la actuación de Marina Heredia, Pastora Galván o Isabel Bayón. No han sido revelaciones sino confirmaciones.
Si quiero destacar como gran sorpresa a la compañía de La Choni y "La gloria de mi mare", una propuesta fresca y diferente a las que se han venido mostrando durante toda la Bienal.Con una puesta en escena perfectamente trabajada, justificada y ensamblada.
Momentos ha habido decenas. Rocío Molina  zapateando en el aire o bailandole por bulerías a La Tremendita, los tangos trianeros de la Yerbabuena, la impresionante ronda de tonás de Gema Caballero en "Algo" de Concha Jareño, los tanguillos de Palomar, el baile por cantiñas a duo entre Andrés Marín y Concha Vargas, las cantiñas del  Trini bailadas por Laura Rozalén, el pregón de la uva de Miguel Poveda ...
Y hay dos nombres que muchos pasarán por alto y desde aquí queremos destacar. Juan José Amador y José Valencia .Dos cantaores que representan una garantía absoluta en cualquier espectáculo y lo han demostrado en cuatro ocasiones cada uno durante estos veintitantos días.
El gran fiasco de la Bienal ha sido el de Farruquito. No lo pudimos ver bailar mas que unos minutos en sus "Sonerías" y comprobamos que la dirección escénica está lejos de ser su fuerte.
En menor medida queda "Grito" de Alfonso Losa y José Maya, con una propuesta absolutamente desacertada en lo dramático y  y lo coreográfico.
Y para finalizar quisiera reivindicar, pese a las malas críticas , "Cuando las piedras vuelen" de Rocío Molina. Principalmente porque nos encontramos ante una de las grandes bailaoras flamencas de la actualidad y sería imperdonable que la Bienal no programase  su  nueva propuesta. Y porque el espectáculo es ejemplar en cuanto a concepción, dirección e interpretación. Que toque mas o menos determinadas sensibilidades es una cuestión de gustos, no de calidad.

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