domingo, 2 de octubre de 2016

Marina Heredia. Contra las cuerdas. Bienal de Sevilla 2016. Sábado 1 de Octubre. Teatro Lope de Vega.


Anoche se echaba el cierre para mi a la Bienal 2016 y tuve la fortuna de vivir uno de esos momentos mágicos que a veces nos regala el flamenco.
Marina Heredia ya está posicionada en el olimpo del cante de su generación, no necesita que se la reivindique, es quizás junto a Estrella Morente la voz mas reconocible del flamenco en clave de mujer.
Su propuesta se antojaba interesante a la par que nos daba la oportunidad de disfrutar de un magnifica noche de toque además de la que la protagonista nos aseguraba de cante.
Marina eligió seis guitarras del flamenco, distintas y magistrales para encarar su espectáculo. Seis guitarras que eran seis estilos, seis maneras de encarar el cante y seis maneras de escuchar. Todo se teñía con el número seis, las cuerdas de las seis guitarras, los seis marcos que hacían de fondo a la escenografía y las seis bombillas que colgaban del techo. Marina definitivamente quiso homenajear desde su silla a la silla de al lado.
El primero en pulsar los bordones fue Paco del Gastor, por bulerías primero y por soleá a continuación, con los ecos que Diego del Gastor nos dejase para la historia y con el inconfundible sello de Morón. Marina cantó espaciando letras y dejando lugar a que las falsetas cobrasen el protagonismo.
También de Morón fue la segunda sonanta, en este caso en las manos de Dani Méndez que se adornó exquisito por alegrías y para acompañar el cuplé por bulerías. Tremendo el acompañamiento de palmas y sobre todo de la percusión de un Paquito González por el que un servidor siente una debilidad absoluta.
Marina lo hizo todo preciso y precioso, sacó a La Perla y a Mariana Cornejo en los cantes, estuvo rítmica y melódica. Una delicia. Para el cuplé eligió mexicanizar el "Voy a perder la cabeza por tu amor" y sazonarla con un "Cielito lindo" que sonó a gloria.
El turno de Manolo Franco llegó por tarantos y tientos, con ese sonido cristalino del maestro sevillano y una Marina comodísima en el cante.
Manuel Valencia introdujo unas seguiriyas tocadas en tres velocidades y unas bamberas que valían por si solas el precio de la entrada. Un prodigio de cante y de toque y uno de los momentos álgidos de la noche.Y se produjo el momento mágico. El programa no nos anunciaba mas que cinco nombres, aunque si que contaba que serían seis los guitarrista en tocar. Marina nos habló para contarnos que le iba a pedir un favor a alguien que estaba en el público y que lo iba a poner en un aprieto. El elegido no fue otro que David Peña "Dorantes", que con cara de confusión y el pulso temblón se lanzó al ruedo y acompañó guitarra en mano a Marina en un homenaje conmovedor a El Lebrijano. Preciosa e intensa versión de esa "Mi condena" con la que el maestro Juan Peña nos regalase un palo nuevo hace años. Si el otro día Antonio Reyes se atrevió con la Canastera de Camarón, Marina hizo lo propio con la Galera del Lebrijano.
Para finalizar, José Quevedo "El Bola", habitual guitarrista de la cantaora granadina, sus manos y sus pies, como ella quiso definirlo, acompañó malagueñas y unos tangos absolutamente magistrales.

Marina con un planteamiento muy sencillo se sacó un señor espectáculo de la manga. Emocionó y demostró que su posición de primera figura del cante está mas que justificada. Un broche de oro para una Bienal que este que suscribe ha disfrutado de lo lindo.


Cante: Marina Heredia.
Guitarra: Paco del Gastor, Dani de Morón, Manolo Franco, Manuel Valencia, David Peña "Dorantes" y Jesús Quevedo "El Bola".
Percusión: Paquito González.
Palmas y coros: Victor Carrasco, Anabel Rivera y Diego Montoya.


 Texto: Javier Prieto
Fotografía: Óscar Romero. Archivo fotográfico Bienal de Flamenco.

sábado, 1 de octubre de 2016

Asunción Pérez "Choni". Lágrimas de Bernarda. Jueves 29 de Septiembre. Museo del Baile Flamenco Cristina Hoyos. Sevilla.

Uno anda todo el mes subido en esa perfecta irrealidad que es la Bienal flamenca, del Lope al Maestranza y del Maestranza al Central. Presupuestos holgados, colaboraciones especiales, prensa, programas de mano...
Y se olvida de que el mundo de las artes escénicas no tiene de este relumbrón mas que un dos o tres por ciento. Que hay una precariedad laboral galopante. que la gran mayoría de interpretes, bailarines y músicos casi hacen esto por amor al arte, cuando no poniendo dinero de sus bolsillos y  que los focos que se dirigen a los "grandes" espectáculos igual te encumbran que te fagocitan.
Pues bien, fue Asución Pérez Choni la que vino a sacarme de esta fantasía que es la Bienal. Con un "work in progress", que le dicen ahora a los trabajos inacabados, basado en La Casa de Bernarda Alba, en clave de humor y con baile y teatro agarrados de la mano.
Una "Choni" fagocitada por una Bienal que le diese el Giraldillo Revelación en 2008 y que puso patas arriba el concepto de espectáculo flamenco con "La gloria de mi mare" también en Bienal. Una Choni que se mueve con la misma facilidad en el flamenco tradicional y en el mundo donde, Niño de Elche, Raúl Cantizano, Juan Carlos Lérida, Belén Maya y tantos otros andan tratando de revisarse y revisitar el flamenco desde perspectivas diferentes a las establecidas.
Y bien, siguiendo el camino que comenzó a transitar en aquella "Gloria de mi mare", la bailaora se propone encarar el que sea posiblemente el clásico mas representado del teatro lorquiano, desde una perspectiva cómica pero con todo el peso que el texto dramático imprime.
El punto de partida, como en la obra original es el velatorio de Don Antonio Mª Benavides, difunto marido de Benarda y padre de cinco hijas. La peculiaridad es que el difunto se levanta y da su punto de vista. Interpretado por un soberbio Abel Mora la dupla se convierte en terna, con la aparición en escena de La Poncia, interpretada por una monumental Paz de Alarcón que también pone voz y cuerpo a Bernarda Alba.
El cuarto personaje en escena es el propio Federico García Lorca, que toca piano, guitarra y canta y al que da vida el pianista y cantaor Cristian de Moret.
En lo concerniente a mi parte criticona, que es la flamenca, destacar un soberbio baile por seguiriyas de "Choni" acompañado tan solo por las palmas y el cante. También reseñable la copla azambrada que baila descalza y cargada de sensualidad y que a un servidor le trajo el recuerdo de aquella "Niña de Fuego" de "La gloria de mi mare".
Distinta fue la sensación por tangos, y aquí es donde voy a poner el énfasis a sabiendas de que estoy hablando de un montaje en construcción.
La guitarra se me antojó muy insuficiente durante todo el espectáculo  y especialmente en el baile , donde el acompañamiento fue débil y deslució completamente escobillas y remates. No se tata de calidad instrumental, sino  de capacidad de acompañamiento. "Choni" estaba completamente desatendida en este respecto y tal circunstancia se llevó la escena por delante. Un momento dramático en el que por otra parte debía presentarnos al personaje de Adela, que es el que encarnaba y que a todas luces se me antojó falto de fuerza y de empaque.
Sobre la temática, quisiera destacar y aplaudir que pese a tratar el texto lorquiano en clave de comedia, algo que la compañía Teatroz hiciera con su celebrado "Casting" en el que incluían el musical, "A la caza de Bernarda Alba", la perspectiva de un trabajo feminista se asoma, al menos a mis ojos, con mucha claridad.
La confrontación entre el "matriarcado patriarcal" en la figura de Bernarda y la búsqueda de libertad de opinión, libertad de decisión y libertad sexual que encarna Adela. De hecho este trabajo es, según adelantaban, un previo a la obra "Bernarda Vs Adela", que ya en su propio título nos anuncia este conflicto.
Así que tras haber visto el primer esbozo de lo nuevo que "Choni" nos trae me siento feliz de contemplar como una generación completa de artistas residentes en Sevilla anda en la búsqueda de honestidad y de un tratamiento de calidad y con sustancia cuando decide poner algo sobre las tablas. Ni que decir tiene que aquí no hubo ni una salida a destiempo a escena, que las transiciones dramáticas fueros fluidas y que el ritmo dramático del espectáculo estuvo sobresaliente, los textos y las interpretaciones certeros, sin necesidad de una escenografía grandilocuente ni mil focos.
Estas cosas que los "grandes" del flamenco en numerosas ocasiones obvian en pos de propuestas baldías y meramente estéticas.
"Choni" ha apostado por rodearse de quienes trabajan en escena con cariño y sabiduría, aportando y dejándose nutrir. Un acierto.

Baile: Asunción Pérez "Choni".
Guitarra, piano y cante: Cristian de Moret.
Bernarda Alba y La Poncia: Paz de Alarcón.

Don Antonio Mª Benavides: Abel Mora.


Texto: Javier Prieto.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Pastora Galván. Mírame. Bienal de Sevilla 2016. Miércoles 28 de Septiembre. Teatro Lope de Vega.

Estaba contentísimo, casi relamiendome por haber tenido una Bienal tan plácida, ni una mala crítica en mis dedos, nada que desentonase con un estado de ánimo, que les confieso, ronda la calle de la alegría últimamente. Y Pastora Galván, por la que bebo los vientos, me sacó completamente de esta ensoñación. No entendí nada de lo que propuso Pastora y el planteamiento formal no encierra una complejidad como para no entenderlo.
Pastora vino a hacer un repaso de sus diez años de carrera y de sus cuatro espectáculos como primera figura del baile. Si es pronto o no para hacer este repaso es algo que no me compete a mi  valorar, lo que es cierto es que la sensación que deja este "Mírame"  es la de un espectáculo metido con calzador para que Pastora estuviese en esta Bienal de 2016.
Y, o la puesta en escena era tan vanguardista que no me enteré de la misa la mitad, que podría ser, o "Mírame" es un clamoroso despropósito dramatúrgico y estético.
Pastora baila de miedo, que quede claro. Y no en este espectáculo, bailaría de miedo en chanclas en Matalascañas con un tinto de verano en la mano. Tiene oro en las manos y en los pies y hasta la estampa mas grotesca o mas burlona adquieren un sentido en sus pasos. Pero el problema no radicó anoche en su baile, fuese este por bulerías festeras deTriana, por seguiriyas, acompañando música de Goran Bregovic o en cualquiera de los pasos de "La Francesa".
El problema fue una pésima selección del orden de los bailes y una absoluta calamidad en la puesta en escena, con luces entrando a destiempo, cantaores saliendo a medio cante, micrófonos que no sonaban, veinticinco minutos de retraso  para empezar y veinticinco minutos seguidos de disparate tragicómico. Recuerdo haber alabado hace dos años la dirección escénica que Antonio Canales había propuesto para "&dentidades", con un orden y una fluidez dignas de elogio. Pues bien, el polo opuesto es este "Mírame". Y es tan desastroso que casi se lleva por delante a un descomunal Juan Requena que lo bordó por tarantos o a una maravillosa Angelita Montoya, que estuvo sobresaliente en cada cante flamenco y en cada cante arabesco. He de reconocer que me reí a mandíbula batiente, pero como el que se ríe viendo una obra escolar pasada de rosca.
El espacio que ayer ocupó Pastora casi forzadamente, es un espacio cerrado a otros artistas que merecen estar sobre las tablas del Lope en Bienal tanto como ella. Artistas como Mercedes Ruiz, Leo Leal, El Junco, Joaquín Grilo, Andres Peña, Pili Ogalla, Rosario Toledo, Marco Vargas y un larguísimo etcétera que no cuentan con la facilidad que los Galván  cuentan para mostrar su arte en la Bienal, a pesar de estar perfectamente capacitados para presentar espectáculos sólidos y muy bien ejecutados. Y esta facilidad para que te programen debe ser una responsabilidad para Pastora e Israel, que era ayudante de dirección. Calificar lo de anoche como ópera bufa es un menosprecio a los que hacen humor en escena trabajando con todo su corazón. A un servidor le encanta reírse y tengo entre mis tesoros flamencos "La Gloria de mi madre" de La Choni. Pero incluso si lo que quería Pastora era hacer reír no basta con ponerse una peluca e imitar a las Grecas, la comedia también es algo que se trabaja concienzudamente y que merece mas esfuerzo y respeto.
En definitiva, que por primera vez me fui en esta Bienal a casa pensando que lo visto sobre las tablas no estuvo a la altura del que es considerado el mayor evento flamenco del planeta. Y por primera vez salí de un espectáculo de Pastora compadeciéndome por aquellos que habían pagado su entrada.





Baile: Pastora Galván.
Cante: Angelita Montoya, La Tana y Jeromo Segura.
Guitarra: Juan Requena.
Percusión: José Carrasco.
Acordeón y Zanfoña: José Manuel Vaquero "El Pajaro".
Contrabajo: Álvaro Ramos.


 Texto: Javier Prieto
Fotografía: Óscar Romero. Archivo fotográfico Bienal de Flamenco.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Anabel Veloso. Secreto a voces. Bienal de Sevilla 2016. Martes 27 de Septiembre. Teatro Central.

Uno se pone en la piel de Anabel Veloso y es probable que actuase de manera parecida. Anabel no es una novata, ni una bailaora que pase desapercibida, pero quizás la almeriense no está en las quinielas de las actuaciones fijas de la Bienal. Si a un servidor le dieran la oportunidad de presentar mi trabajo en un Teatro Central y poder llevar lo que me apeteciese en escena, creo que casi cualquiera que estuviese sobre las tablas sería digno de tener espectáculo propio.
Lo que hizo anoche la bailaora transitó por estos derroteros. Sobre la escena hubo en algunos momentos 25 músicos, entre ellos la Orquesta Bética de Cámara o Dorantes acompañado a la batería por Javi Ruibal.
Y evidentemente mantener el foco sobre el baile con tal cantidad de estímulos es una misión harto complicada. Anabel lo consiguió por momentos, sobre todo en una soleá bailada con una sensibilidad y un plante sobresalientes. En otros el acompañamiento le robó el protagonismo. Pero que quieren que les diga, ole por ella, por ser valiente y por darse el gusto de hacer algo tan complejo.
Hay que tener en cuenta que hay tres coreógrafos distintos y cuatro compositores musicales diferentes. Tres espacios escénicos, proyecciones, cellos bajando a escena desde las alturas. Vamos, un montaje muy complicado.
En lo positivo queda que no nos dio tiempo a aburrirnos, cuando no andabas embobado escuchando a la orquesta, Diego Villegas te dejaba boquiabierto dándole aliento al saxo, al clarinete, a la armónica o a la flauta. Cuando Londro o un enorme Juan de Mairena, no te quitaban el aliento cantando, te las tenías que ver con todo un Dorantes y un descomunal Javi Ruibal.
En la propuesta visual hay que destacar que Anabel ahonda en la búsqueda de unidad entre lo lírico y lo flamenco. Algo que ya hiciese en su "Poema Sinfónico nº 2". El maridaje entre música clásica, estética casi operística y flamenco es su sello personal y en mi corta carrera como juntaletras creo que es un sello único en el mundo del flamenco.
Muy reseñables varios momentos, además de la ya comentada soleá. La coreo en solitario "Olor a Romero", el acompañamiento con mantón a la "Caravana de los Zíncali" o la primera parte de las alegrías rayaron a gran nivel. El mantón le jugó malas pasadas en la segunda parte de las citadas alegrías y deslució un baile que iba para nota.
Dorantes , como siempre, estuvo soberbio, sonaba "Caravana de los Zíncali" abrazado por toda la orquesta y uno entendía que cualquier artista quiera bailar una pieza de suya. Su música además de compleja  es de una sensibilidad tremenda. Y en solitario se fundió en un ser de cuatro brazos y dos cabezas con ese superdotado de la percusión y la batería que es Javi Ruibal.  Sobre este momento en concreto tengo anotado en mi libreta " me da igual que música toquen, suenan perfectos".
Así que en lineas generales volvimos a ver a una Anabel, que por una cosa o por otra, arriesga cada vez que propone un espectáculo. Ya sea bailando entre tiburones o midiéndose a los mas grandes sobre las tablas.


BAILE Anabel Veloso

PIANO EN COLABORACIÓN ESPECIAL Dorantes

CANTE Miguel Soto “El Londro”, Juan de Mairena

GUITARRA Javier Patino

FLAUTA, SAXO Y ARMÓNICA Diego Villegas

PERCUSIÓN Carlos Merino

BATERÍA (Dorantes) Javi Ruibal

ARTISTA INVITADA Irene de Paz

DIRECTOR DE LA ORQUESTA BÉTICA DE CÁMARA Michael Thomas

ARREGLOS DE LA ORQUESTA BÉTICA DE CÁMARA Michael Thomas y Diego Villegas

MÚSICOS DE LA ORQUESTA BÉTICA DE CÁMARA

VIOLINES I José Manuel Martínez Melero y Alan Andrews

VIOLINES II Elena Fernández González y Lourdes Galache Ruiz

VIOLAS Ignacio Manzano Fernández y Verónica Micó García

VIOLONCHELOS Ana Sánchez Barrueco y Benjamín Rodríguez García

CONTRABAJO Eduardo Rodríguez Spínola

OBOE Jacobo Díaz Giráldez

CLARINETE Antonio Salguero Montesino

TROMPAS Lorena Martín Núñez y Manuel Enamorado Arjona

TROMPETAS Ignacio Gallardo Leal y Andrés Martínez García

ARPA María Vicenta Diego Peris


 Texto: Javier Prieto
Fotografía: Óscar Romero. Archivo fotográfico Bienal de Flamenco.

Antonio Reyes y Diego del Morao. Directo. Bienal de Sevilla 2016. Martes 27 de Septiembre. Teatro Lope de Vega.

Lo que hace Antonio Reyes es tan sencillo, tan claro y tan limpio que a uno se le olvida lo difícil que es hacerlo así de bien. Avalados por la buena acogida que su disco conjunto ha tenido, se presentaban Chiclana y Jerez sobre las tablas del Lope. Diego es esa guitarra que suena a Gitanería y calle Ancha, la que se asoma a casa de su padre dando la vuelta a la esquina, después de echar la mañana con los Carrasco. La guitarra que aúna en sus bordones el pasado y el futuro. Antonio tiene a Camarón y a Rancapino metidos en la garganta, como si se los hubiese bebido de chico.
Lo demás es aprendido, es estudiado y eso lo hace mucha gente. Pero esa cuna sale a borbotones cuando se juntan.
El que vaya a leer hoy a los grandes popes de la palabrería flamenca seguramente encuentre referencias a Mairena y a Caracol.
Porque Antonio ayer quiso dejar esa sensación y esos nombres sobre las tablas.  Antonio sabe donde está cantando y como dejar al aficionado satisfecho, no hay nada como pasarle la manita por el lomo a los egos flamencos para quitarse presiones de encima. Pero a mi, Antonio me suena a estero y a salina, por mas soleá de Charamusco que cante. Por alegrías suena tan bien que da casi placer físico escucharlo. Aúna paladar y riesgo en los tiempos y es a mi entender junto a Palomar el gran referente cantiñero en la actualidad, aunque por vaya usted a saber que razón, esto esté menos premiado que catar bien por soleá. Así que ya saben ustedes, cantó por soleá recordando a Mairena, algo que con anterioridad había hecho por livianas, con la sonanta de Diego dejando entrever ecos de su "Pago de la Serrana".
El otro punto álgido de la velada vino cuando Antonio puso los dos pies en casa de Diego, y cantó por seguiriyas de Marrurro y Manuel Torres. Con los cantes de Jerez, Diego se vino arriba y sacó la mejor guitarra de toda la noche.
Antonio y Diego nos van a dar mas alegría en un futuro, seguro. Acaba de emparejarse,como quien dice, y se gustan muchísimo el uno al otro. Eso se les nota al tocar y cantar.
La buena salud del cante "palante" se ha dejado ver en esta edición de la Bienal, en la que Jerez, Chiclana, Cádiz y Lebrija han dado el do de pecho.
Granada en la voz de Marina Heredia nos espera el sábado para terminar de confirmar las buenas sensaciones.


CANTE Antonio Reyes
TOQUE Diego del Morao
PERCUSIÓN Juan Grande
PALMAS Chícharo de Jerez, Diego Montoya, Tate Núñez

 Texto: Javier Prieto
Fotografía: Óscar Romero. Archivo fotográfico Bienal de Flamenco.


lunes, 26 de septiembre de 2016

Antonio Canales. Trianero. Bienal de Sevilla 2016. Domingo 25 Septiembre. Teatro Lope de Vega.

 Charlaba anoche, tras el espectáculo, con un amigo bailaor de como habíamos conocido cada uno a Antonio Canales.
 Resulta que para muchos, que no hemos tenido ni cuna ni escuela flamenca,  Canales fue en una época junto a Joaquín Cortés el referente mundial de este baile que es el nuestro. Evidentemente en el momento en que te interesabas por rascar un poco la superficie, la comparación entre uno y otro  se esfumaba como el humo. Canales era un grande. grande de verdad. Había bailado con todos los maestros de renombre internacional y proponía algo que muy pocos había hecho hasta su aparición, una linea dramática vertebrada y coherente.
Pues bien, quitando una colaboración con Arcángel hace un par de años, un servidor no había tenido la fortuna de ver a Canales bailar todavía. Así es la vida, era uno de los grandes nombres que me faltaban por disfrutar. Me había bebido muchas horas de vídeo hasta verlo ayer al fin en directo.
Y tengo que decir que me alegro muchísimo de que la vida sea así de caprichosa y de precisa. Que tu primera vez con Canales sea con "Trianero" es un lujo. Es empezar a ver a Antonio justo en el momento en que nos cuenta quien es y de donde viene. Y es que eso es lo que hizo anoche el bailaor. Se fue a Triana, a un corral de la calle Castilla a enseñarnos de donde sale su esencia, su baile.
Y lo hizo rodeado de los suyos, de la gente del arrabal que canta y baila desde que se construyese el Puente de barcas.
Pero Antonio quiso mostrar a Triana sin  la cara maquillada, sin las macetas llenas de flores y sin las luces de la Velá. Quiso que los años setenta y ochenta estuviesen presentes, que imaginásemos portales apuntalados, fachadas derruidas y especulación inmobiliaria. Se presentó en un corral invadido por los andamios y una montaña de arena de construcción. Y allí bailó y bailó.
Bailó plantando cara a los señoritos por seguiriyas, bailó por dos mendrugos de pan que repartió con los vecinos del corral, bailó por fiesta en una noche de borrachera, bailó por sevillanas en la feria y bailó en un circulo de villancicos a compás. Antonio contó Triana bailando, y bailando muy bien.
Por si fuera poco , no solo contó sino que reivindicó y tuvo los arrestos de hacer justicia, me explico.
El espectáculo que propuso Canales trajo al Lope de Vega lo que Bienal suele arrinconar en el Hotel Triana. Canales subió al teatro de Sevilla a los cantaores que sostienen la esencia del barrio que al flamenco sevillano le da fama y solera. Y trajo a las tablas a su madre Pastora, a que nos cantase por sevillanas y se bailase una letra con su hijo, a que nos cantase por bulerías y que nos sacase las lagrimas a todos.
Y sobre todo reivindicó a la colosal Carmen Ledesma, que atesora en su baile tanta sabiduría y tanta verdad, que uno no se explica como no está subida a los altares del flamenco de esta ciudad.
Antonio acabó de rodillas sobre la montaña de tierra que es la tierra de su raíz y en la que ha crecido. El espectáculo es además estéticamente deudor de otro maestro sevillano, este del teatro, Salvador Távora, del que me estuve acordando la hora y media que estuve sentado en el Lope.
Una reivindicación de lo popular, de la normalidad del flamenco, de lo vinculado que este arte ha estado a la gente llana y de la poca importancia que tiene la técnica cuando el corazón está sobre la mesa.
Anoche un servidor, gaditano de nacimiento y de corazón, se sintió orgullosamente sevillano, orgullosamente trianero y orgullosamente cerca de  un Antonio Canales capaz de cristalizar toda la bondad y toda la generosidad de un barrio sobre las tablas.



Elenco Artístico: Antonio Canales, Antonio Moya, Carmen Ledesma, David el "Galli", el "Maera", el "Polito", Herminia Borja, LLuis Peña, Mari Peña, Paco Iglesias, Pastora de los Reyes y Pol Vaquero.


 Texto: Javier Prieto
Fotografía: Óscar Romero. Archivo fotográfico Bienal de Flamenco.