Tras disiparse el peligro de lluvia acogíamos congratulados la posibilidad de disfrutar de un concierto del maestro Diego del Morao en una localización como el claustro del convento de Santa Clara. Al ser mi primer concierto en este espacio me sorprendí satisfecho de la posibilidad de degustar una copita de fino mientras Jerez se subía al escenario. Y cuando digo Jerez queiro decir Santiago, porque la apuesta de Diego del Morao en directo es casi la que podemos imaginar que haría si bajase a comerse un ajo a la Gitaneria o a tomarse un oloroso en el Arco.
Diego se hace acompañar por su gente y si bien puedo versar sobre si el tremolo le sonó a gloria o si los picados le salían limpios, lo que llama mi atención de la apuesta de Diego es exactamente de quien se acompaña.
Da la impresión de que nos encontramos ante un grupo de amigos, un grupo de gente que llevan desde pequeños jugando a ser flamencos en una plazoleta o en un parque. Un grupo,claro está en el que andan los niños y los sobrinos de todo un Moraito Chico o todo un Diego Carrasco. Y este grupo es grupo para lo bueno ,que es mucho, y para lo malo, que no es tanto. Diego es capaz de andar en una falseta imposible, mientras mira de reojo a su gente y se ríen, en una complicidad juguetona. Pero esto es así porque quien está sentado al cajón es Ané Carrasco que en mi humilde opinión es junto con Paquito González el top de la percusión flamenca en la actualidad. Es así porque el trío de palmeros que forman Juan Márquez, Juan Diego Valencia y El Quini, es un colchón de plumas, después de muchos años sigo pensando que en ninguna parte se tocan las palmas como en Jerez .Y es así porque Bernardo Parrilla es uno de los grandes maestros del violín flamenco. A esto hay que sumarle las horas de calle y de juerga,para que entendamos que el soniquete, que la base que Diego lleva en escena es casi indestructible.
En lo reprobable, y entiéndase que es solo una opinión, está que la propuesta de Diego adolece de un cante que lo acompañe adecuadamente. Que Maloco tiene el don del compás no lo duda nadie, pero no le llega a Diego la fuerza ,el quejío ni la jondura que a menudo requiere su guitarra.
Sobre lo meramente descriptivo del concierto, cabe decir que Diego desgranó gran parte de esa obra de arte que es Orate. Se acordó de Paco de Lucía, se acordó de su padre y nos dejó con el cuerpo en el aire con esa maravilla que en el disco titula Pago de la Serrana, una seguiriya tan bien medida como sentida. Tocó como es habitual en el a las mil maravillas, escucharlo por soleá o introducir cualquier tango es un placer para los sentidos.
Entre las sorpresas, Diego Carrasco cantándole a Moraito por bulerías, así ,a su manera, poniendo el compás del revés. Fania Zarana cantando los tangos que en disco canta Pastori y a continuación, la propia Pastori cantando por bulerías. Y Gema Moneo bailando soleá por bulerías con un gran trabajo de brazos y una coreografía muy completa..
El fin de fiesta llevó el sello de Diego Carrasco, convertido en patriarca de este grupo de amigos que trajeron a la Bienal un trocito de lo que hacen de juerga en su barrio de Santiago. Eso si, teniendo en cuenta que quien toca la guitarra en esas fiestas es unos de los mayores talentos que haya parido el flamenco en los últimos años.
Ficha:
Guitarra Diego del Morao
Pepe del Morao
Violín Bernardo Parrilla
Compás Juan Márquez, Juan Diego Valencia y El Quini
Percusión Ané Carrasco
Cante Maloco
Fania Zarana
Baile Gema Moneo
Invitados Diego Carrasco
Niña Pastori
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