sábado, 12 de marzo de 2011

Compañía Rojas y Rodríguez. Cambio de tercio. Viernes 11 de Marzo. XV Festival de Jerez. Teatro Villamarta.

Festival de Jerez/Javier Fergo.
La imagen que teníamos de Rojas y Rodríguez estaba asociada al clásico español con algunos apuntes de flamenco. En este espectáculo, que a priori se presentaba más cercano al flamenco, asistimos a una propuesta que es efectivamente un cambio de tercio por parte de los coreógrafos.
El concepto se amolda a las características de un espectáculo  comercial al uso. Una imagen similar a la que podemos encontrar en musicales. La presentación, el envoltorio, brilla de forma atractiva, mientras que el contenido no es demasiado exigente.
La organización y la compañía dedicaron el espectáculo al pueblo japonés en un día marcado por la tragedia en el país nipón.
El cante se articuló desde el flamenco que conocemos para ir matizando la propuesta sonora en unas calidades más suaves, voces buscando el coro, frenando los tiempos y en definitiva dulcificando la jondura. Davinia Jaén despuntó en algunos momentos de la noche poniendo desgarro por bulerías o por seguiriyas.
Rojas y Rodríguez comenzaron vistiéndose sobre las tablas para ofrecer una miscelánea de pasos a dos, a tres o corales. Apostaron por la abundancia rítmica, dotando de protagonismo a las castañuelas y atrayendo el foco  hacia las escobillas.
Festival de Jerez/Javier Fergo.
Disfrutamos de algunos buenos momentos como el tanguillo bailado por Rodríguez, cargado de fuerza y  buenos guiños de complicidad con el público. El violín de Raúl Márquez disfrutó de una presencia notable, anduvo proponiendo lineas melódicas y actuando como director de orquesta  durante toda la función. Luz, vestuario y dirección escénica  estuvieron impecables.
Entre las trabas que se puedan poner, cabe decir que nos encontramos con unas coreografías grupales bastante flojas, encaminadas más al lucimiento estético que a la propuesta artística del baile. La temática ahondó en resaltar y usar los tópicos que se asocian al flamenco, lunares, pañuelos, sombreros cordobeses y grandes abanicos, pero sin dotar a los elementos de una función más allá del uso puramente plástico.
La imagen que el espectáculo proyecta parece expresamente diseñada para la venta a un público que guste del flamenco "soft" y por momento cae en abusos que acercan algunas coreografías a un vacío de argumento alarmante.
Partiendo de que ha habido que mover cielo y tierra para desasociar al flamenco de la imagen de pandereta y feria que se importó en tiempos pasados, cabe considerar que el uso de determinados recursos hace un flaco favor al arte que se está representando y vendiendo al mundo.
Las  valientes apuestas  por el ballet flamenco con contenido que artistas como Rubén Olmo o Yoshi Kojima han presentado en este Festival de Jerez  se posicionan en una dirección que proyecta al flamenco como una disciplina artística importante. Rojas y Rodríguez  olvidan que la exposición de la jondura y el desgarro son las que han dignificado esta cultura. La apuesta por asombrar en lugar de conmover puede ser productiva, pero no deja de despojar de alma al arte flamenco.


Festival de Jerez/Javier Fergo.
Ficha:

Baile:
Rojas y Rodríguez.


Cuerpo de baile:
María López.
Pilar González.
Verónica López.
Raquel Tamarit.


Cante:
Davinia Jaén.
Sandra Rincón.


Guitarra:
Daniel Jurado.
Gaspar Rodríguez.


Violín:
Raúl Marquez.


Percusión:
Enrique Terrón.


Texto:
Javier Prieto.

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