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| Festival de Jerez/Javier Fergo. |
En un año ha pasado de ser bailaora revelación en el Festival, a poner de largo su primer espectáculo en solitario sobre las tablas del Teatro Villamarta. Olga Pericet se consagró anoche y pasó a formar parte de la liga de los grandes en el baile flamenco.
La cordobesa presentó una propuesta en la que aunó clásico español, flamenco y contemporáneo en una bellísima mezcolanza.
Basando el montaje en tres elementos, Olga puso de manifiesto una capacidad soberbia de transformación y adaptación a las distintas formas de entender el baile flamenco en la actualidad.
Proemio: Nadia, el peso leve.
Baile de apertura, paso a dos entre la danza contemporánea a cargo de Jesús Caramés y el clásico español de manos de Olga. Manos, ya que la bailaora se presenta descalza y castañuelas en ristre. Caramés aprovechó el peso leve de Olga para dotar de vuelo al baile, literalmente. Portés con sonoridad de palillos.
Libro primero: Variaciones en torno a la rosa.
Capitulo uno: una rosa cordobesa.
La guitarra de Antonia Jiménez rompió con las grabación en off de Romance a Córdoba de Pepe Marchena y le puso tino y tono al cante de Jose Ángel Carmona. La rosa de Marchena, milonga que el cantaor de Los Palacios bordó para ponernos en aviso del recital que nos esperaba de su parte.
Capitulo dos: infeliz rosa o tempus fugit.
Cantiñas de la rosa, mirabrás y cantiñas de Cádiz en las voces de Ortega, Carmona y Laví. Olga se movió casi en silencio, con una suavidad sólo rota en la explosión de los hombros. En cuanto decidió abrir el mantón lo transformó en alas y se dedicó a planear por todo el escenario. Una belleza.
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Festival de Jerez/Javier Fergo. |
Más silenciosa aún fue la redonda réplica de Jesús Caramés. Danza muda, combando el espacio y orbitando sobre su eje.
Libro segundo: Pasos y mudanzas del metal.
Capitulo uno: La Unión y Triana (entre la Edad de Oro y el criminal deseo de poseer).
Miguel Ortega, actual ganador de La Unión, fue el oportuno maestro de ceremonias en el arranque por tarantas. La coreografía que Marco Flores regaló a Olga se expuso desde una certera transición, primero a liviana y más tarde a seguiriyas. Olga marcaba con todo el cuerpo la tristeza que aparecía en su cara. Melancolía en recogimiento y una progresión paulatina en el que todo el cuerpo sostuvo la energía. El baile se cargó de oposiciones, quiebros y cierres pasados de tiempo. Jose Ángel Carmona se fue a la cabal y Olga se dejó caer sobre el hombro de Laví mientras el jerezano la espoleaba por toná.
Capitulo dos: bulerías (h)efestistas (las tribulaciones de Hefesto y Venus).
Jesús Fernández perdió su papel de palmero en esta escena para hacer de la bulería una burlería. Baile de desplante y descaro. Previamente, Carmona había dado testimonio de su genio incitando al cuplé festero pulsando las cuerdas de la mandola.
Libro tercero: Estrella de fuego y ceniza.
Capítulo uno: de la plenitud a la consumición.
Con bata de cola negra y actitud funesta Olga y Caramés volvieron a ofrecer un paso a dos cargado de oscuridad. La soleá petenera y la apocalíptica petenera final desbarataron cualquier lectura positiva de la temática de la escena. Carmona se llevó el cante a las entrañas mientras que la cordobesa se iba consumiendo en una coreografía excelsa. Un número en el que la cola parecía querer enroscarse en el menudo cuerpo de la bailaora.
Epilogo: Renacer desde pavesas.
Aportación libre de quien rubrica este texto.
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| Festival de Jerez/Javier Fergo. |
Que Olga Pericet es una excelente bailora no es ningún secreto. Que además está capacitada para expresarse desde una óptica dramática lo descubrimos anoche. La cordobesa sacó todo jugo al elenco artístico que la acompañaba, ordenó el enorme trabajo que precisa un espectáculo de esta enjundia y supo enfocarlo hacia la cuarta pared del teatro. Pared que atravesó desde el primer minuto para que todo este libro, aparentemente arduo, fuese perfectamente inteligible.
Ficha:
Baile:
Olga Percicet.
Jesús Caramés.
Palmas y baile:
Jesús Fernández.
Cante:
José Ángel Carmona.
Miguel Órtega.
Miguel Laví.
Guitarra:
Antonio Jiménez.
Javier Patino.
Texto:
Javier Prieto.
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