No las teníamos todas con nosotros cuando se anunció el cartel del Festival. La crisis, la manida y cacareada crisis también nos empujaba a creer que las producciones que se estrenasen serían de menor calidad.
Pero no ha sido así, el XV Festival de Jerez quedará marcado como el Festival en que se superaron las expectativas.
La programación contaba con cuatro propuestas "seguras". Antonio el Pipa, Manuela Carrasco, Miguel Poveda y Eva Yerbabuena. Los estrenos absolutos de Olga Pericet, Rosario Toledo, La Farruca y Mercedes Ruiz. Cuatro propuestas de ballet flamenco Shoji Kojima, Javier Latorre, Rojas y Rodriguez y Rubén Olmo. Y finalmente dos propuestas muy aplaudidas en la Bienal sevillana, la de Javier Barón y la de Isabel Bayón.
Dieciséis funciones de las que tan sólo cuatro parecen no haber cumplido con las expectativas.
Además, la Sala Compañía y la Sala Paúl han traído nombres tan interesantes como los de Belén Maya, Leonor Leal, Andrés Peña, Choni, Jesús Fernández o Ángel Muñoz. Seis buenos espectáculos que han incrementado el valor cualitativo del Festival.
La propuesta de cante ha sido menos llamativa a simple vista, no hay que olvidar que el de Jerez es un Festival dedicado al baile, pero la presencia de Poveda en el escenario principal demuestra que apostar por los grandes nombres del cante también puede llenar teatros. En Villavicencio el ganador de la lampara minera, Miguel Ortega, puso el listón muy alto, tan sólo las actuaciones de Churumbaque y de Kiko Peña pudieron rayar a la altura de la del cantaor de Los Palacios.
En el cante pa atrás sí hemos podido satisfacer nuestro ansia. José Valencia, David Palomar, Pepe de Pura, El Londro, David Lagos, Jesús Méndez, Juan José Amador, Tía Juana la del Pipa y sobre todo tres nombres que han brillado con luz propia, José Ángel Carmona, Rocío Márquez y Miguel Laví.
La sonanta de Santiago Lara fue la única que sonó como concertista. La guitarra ha sido la gran perjudicada en esta edición sin duda alguna. La mejor noticia fue la de poder disfrutar del maestro Moraito sobre las tablas.
Tampoco se ha prodigado esta edición en propuestas de fusión. Rosario la Tremendita junto a Mohammad Motamedi y Ultra High Flamenco pusieron colores distintos a la Sala Paúl.
El balance general ha sido muy alto. El Festival de Jerez ha sabido capear el temporal económico y armar una programación de muy buena calidad. El público ha respondido asistiendo en gran número a los espectáculos, agotando las plazas en los cursos y dando valor a la interesante propuesta off y de trasnoche que acompaña y caracteriza al Festival.
Servidor agradece desde estas lineas el exquisito trato de la organización a los medios acreditados. Igualmente agradecer a los compañeros y a los artistas el buen feeling que se ha respirado durante las dos semanas. El año que viene nos volveremos a ver en Jerez.
Javier Prieto.
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