lunes, 23 de enero de 2012

Estrella Morente. En Concierto. Sábado 21 de Enero de 2012. Teatro de la Maestranza. Sevilla.


Uno trata de afrontar un concierto de Estrella Morente con la cabeza limpia de prejuicios, obviando el fulgor mediático que la granadina arrastra y dejando en el cajón  de la mesita de noche las comparaciones y las referencias que su apellido pudiesen provocar.
Estrella ha encontrado su camino, de eso no hay duda. Un camino que anda y desanda a las mil maravillas, un camino que para más señas se llena de curiosos y de devotos que se apostan en sus orillas para observarla y escucharla. Sus cualidades y calidades vocales están  fuera de toda duda. Trabaja  y embellece las melodías con una soltura digna de reverenciar.  Y por si fuera poco conoce los cantes, no  se puede negar que los ha mamado desde la niñez.
Sin embargo Estrella también se encarga de sacar del cajón la comparación con la colosal figura de Enrique. Desde el primer suspiro es absolutamente imposible abstraerse del recuerdo del maestro Morente. Ese círculo de tonás que viésemos en "Campanas por el poeta", o la caña que nos evoca verlo sentado junto a Pepe Habichuela, son el origen del espectáculo que plantea la cantaora. Y el eco que la técnica del sonido le ofrece, puede agrandar la voz de Estrella, pero no soporta la comparación.
Estrella, como decía, supo dar al auditorio lo que habían venido a buscar. Se gustó en los tangos, y en los fandangos/verdiales, con la suavidad y la musicalidad coronadas en reinas de la noche.

La terna constituida por tarantos, petenera y seguiriyas evidenció que la musicalidad viraba hacia tonos bajos cada vez que tocaba arrojarse al acantilado del quejío. Un recurso original en un palo, pero revelador de una forma de cantar que se aleja del cante para transitar por el canto.
Montoyita puso flamencura a la noche en solitario. Y a la vuelta, Estrella se puso en pie para pasear, abanicar y bailar  al compás del "Romance de las Manolas", "La noche de mi amor" de Chavela, o el pregón de las flores.
El homenaje a Carmen Amaya le arrancó la jondura en una pataita de gitana vieja, justo antes de despedirse cantando desde el pasillo de la platea.
Nada reprochable. Estrella no engaña a nadie, tiene un sello inconfundible y una legión de incondicionales avalan su propuesta.  Conoce el cante y lo transforma bajo el prisma que cree conveniente. Y en un concierto personal como el del Sábado uno no puede pedirle más que fidelidad a su visión de la música. Una visión que un servidor asume como canto flamenco. El cante conlleva un vértigo en la respiración y un arrojo valiente para romper la voz. Y Estrella, desgraciadamente, no se rompió ni una sola vez en hora y media. Digo desgraciadamente porque no siempre fue así y sabemos que tiene potencial de sobra para hacerlo.


Ficha:

Estrella Morente.


Guitarras: 
José Carbonell Montoyita.
José Carbonell Serrano Monti.


Palmas/Coros:
Antonio Carbonell.
Ángel Gabarre.
José Enrique Morente.


Percusión:
Pedro Gabarra Popo.




Texto: Javier Prieto.

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