Fotografía: A.G.G. |
Una propuesta que ahonda en lo que Javier Barón viene subrayando desde hace unos años, baile masculino ni contemporáneo ni desfasado, baile simple sin malabarismos ni filigranas excesivas. Un baile tan sencillo que cualquiera debería poder interpretarlo. Y sin embargo una forma tan personal de bailar que realmente es única, propiedad de Barón.
Que la propuesta iba a carecer de dramatismo nos lo indicó el propio protagonista con unos desplantes a la sala lejanos a cualquier rubor. Javier venía a bailar y bailó.No se había levantado el telón y ya sonaban sus pies vertiginosos por bulerías. La estructura invertida nos llevó a la soleá por bulerías primero y a la soleá de Alcalá después. De la prisa a la pausa, la danza escondía los remates y jugueteaba a engañar y mentir en los cierres, mientras el cante descomunal de José Valencia llenaba la escena de jondura. El cantaor de Lebrija cada vez tiene más dotes de mando y por momentos se erige en protagonista y director de escena. Para no dejarnos respirar Valencia se despachó por taranto y levantica con el fuelle inagotable que parece poseer , un preludio del cuatro por cuatro de los tangos pintados de nervio y picaresca que el bailaor vendría a ofrercer.
Puntos y seguidos fueron los solos que los tres acompañantes de Barón nos regalaron, a cual más atinado y afinado. La guitarra de Juan Campallo levantó el vello, la precisión y limpieza del la percusión de José Carrasco aceleró el pulso general y la trilla del mil veces titánico José Valencia acabó con cualquier atisbo de resistencia que los dubitativos pudiesen albergar.
Para cerrar el viaje Javier Barón arrancó por cantiñas y cambió su latido a los aires negros de la fragua seguiriyera, poniendo el acento en el zapateado milimétrico y atinado.
Y poco más, ya que la única pega de Barón son los escasos 50 minutos con que nos llena de ansiedad y nos deja colgados, en espera de un fin de fiesta desmedido que termine de rematarnos.
A pesar de ello siempre es un placer ver bailar a un hombre que hace de la normalidad y de la elegancia un sello tan especial como personal.
Fotografía: A.G.G. |
Ficha:
Baile- Javier Barón.
Guitarra- Juan Campallo.
Cante- José Valencia.
Percusión- José Carrasco.
Texto: Javier Prieto.
Fotografías: Ángela Gentil.
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