lunes, 3 de enero de 2011

Enrique Morente "El Puente".



Por: Antonio Zoco                                                                                        

 Barcelona a 13/14 de Diciembre 20010




Es la primera vez que lloro por la muerte de alguien que no conocía personalmente”(1)“La plaza se ha “quedao” sola. Se ha ido su mitad de oro y su mitad de plata; Su abanico y su media naranja. Esta noche el flamenco es una ciudad sin dueño”(2) Esta noche nadie puede dormir. “joder,K vida esta! ...”(3) “Eterna memoria a su calidad humana y a su estatura artística. Enrique era un gigante”(4) “Honro tu vida y tu camino, maestro; Y la libertad que nos has dado. Luz para ti”(5) “Un genio y un amigo insustituible”(6). 





Son palabras de sus “compañeros artistas”, escritas en los muros virtuales y desde la profunda desolación, que hoy nos es común.
         Rara vez no nos parece que es demasiado pronto, pero esperada o no, temida o no, la muerte es y siempre llega. Hoy le ha tocado a él, quizá el más humilde de los sabios y uno de esos hombres Puente, con que de cuando en cuando, el arte obsequia a la humanidad. Uno de esos hombres que equivocadamente creemos inmortales, contagiados por la certeza de que su obra si lo es. En esto de irse, también fue por delante de sí mismo el generoso Enrique-cedor y quiero imaginarlo al otro lado de las cosas, unos cuantos pasos más allá de todo, sonriendo con toda la mirada de ojillos brillantes, al haber “dao” con la tecla. Los hijos del flamenco, que hoy han nacido, tendrán que escucharnos hablar a unos y a otros de Morente, pero además podrán escuchar lo que dejó dicho para ellos. No tuvo prisa y tal vez por eso es el que más re-corrió, lo desgraciado es que en menos tiempo. Todos convendremos en que, si casi todas nos lo parecen, ésta vez más. Siempre habría sido demasiado pronto.
         La tristeza que ahora me embarga, no es tanto por la muerte, consecuencia natural de vivir y en su caso, además, haber sabido vivir como permanente elector de sus caminos, sino por la sensación de aislamiento que me deja saber que ese Puente se lo ha llevado el río “pa'siempre”. Que me he “quedao” con la localidad en la mano de un recital al que no iré, aunque quiera y pueda. Lamentando las veces que, sacrificando un poco más, podría haber disfrutado de verlo en un escenario. Al mismo tiempo satisfecho, pues pocas cosas me han enseñado más, ya no sólo de flamenco sino de honradez artística, que verlo ahí, en su universo de versos y en estado puro.
        Con su fallecimiento se marcha la presencia física de un ser querido por muchos y necesitado, hasta por detractores. Estoy seguro que los más cercanos llenaran los espacios que deja dentro y fuera del alma, al principio con ausencia, después, con orgullo. Los demás, a los que Enrique Morente nos es cercano por todo lo que nos ha llenado con lo que nos ha dado y que es lo que lo hace inconmensurable, nos queda el consuelo de que con un click del ratón o el play del reproductor, accedemos a su obra grabada, que eso también supo como hacerlo el maestro. No se me ocurre mejor homenaje que poner un disco suyo mientras escribo esta nota.
         Hace poco escuche a Ortiz Nuevo lanzar una pregunta al aire: “¿Quién ha respondido a Omega a día de hoy?”. Lamentablemente la respuesta la da el tiempo y no tardando mucho. El mismo Enrique Morente, don José Luis, él mismo. Poniendo el Alfa a un abecedario propio, con el que tendremos que aprender a leer y escribir de nuevo, dentro y fuera del círculo que ha cerrado, esta vez para siempre, El Gran Mago de los Puentes.
        Todo lo que pueda decir, o ya ha sido dicho, o lo será y seguramente mejor. Sólo sustituyo lágrimas por letras, necesito escribirlo, como otros necesitarán silencio. Hoy se ha ido el genio innovador del hombre, la honestidad hecha artista y ha nacido el “clásico”, y para decir esto me baso en la definición que, siendo un niño, me dió mi padre ante la pregunta :-Papá, ¿qué es lo clásico?.- “Lo clásico, hijo mío, es aquello que no se puede hacer mejor”.
         Decir Enrique Morente, era, es y será decir, de la poesía al flamenco, el Puente.
                                                                               D.E.P.

Esa voz que se juega la vida
esos ojos llenando el vacío
esos dedos hurgando en la herida
esa liturgia del escalofrío 

Ese orgullo que pide disculpas
ese sentarse para estar erguido
ese añejo sabor de la pulpa
visceral del limón del olvido 

Esa revolución de la amargura
ese inventario de la mala suerte
ese tratado de la desmesura 

Ese como, ese que, ese hasta cuando
ese pulso ganado a la muerte
ese Enrique Morente cantando. 




A:Enrique Morente de Joaquín Sabia (1999)

A Enrique Morente, gloria.

Tu cálida voz
tu corazón profundo
tus huellas visibles
el cielo de tu boca.

Tus ojos entreabiertos
tus pelos afilados
tu futuro despierto
la garra de tu pena.

San Juan te convoca
Picasso ensimismado
Lorca bajo el agua
el jardín y tu grito.

Ya estamos tristes
tenemos la medalla
innombrables sufrimientos
nos falta tu aliento.

El eco de tus pasos
por los puentes lejanos

tu cara tan cercana
la sombra de tu ángel.

Tu lobo en el desierto
tu raíz descubierta
tu próxima batalla
el resplandor de tu brisa.

Que digan lo que quieran
que hablen los muchachos
que bailen las ninfas
nos falta tu mirada.

Tus manos boquiabiertas
tu traje llevadero
tu pose descarnada
el cariño de tu risa.
Tu vida no se acaba
tu fuerza nos ayuda
el reloj habló claro:
el alcance de tu flecha.

Kiko Veneno 14 de Diciembre de 2010 





(1) La Shica (2) Javier Latorre (3) Enrique “El Extremeño” (4) Javier Ruibal (5) Belén Maya (6) Luis García Montero 

Y es que afortunadamente los tiempos cambian...Y tanto cambio se acaba reflejando en nuestra forma de entender las cosas, en la forma de transmitirlo; y como es lógico, nos surgen nuevos anhelos e incluso nuestra nostalgia acaba sometida a una constante evolución”.
Enrique Morente Cotelo (Granada 25-12-1942/ Madrid13-12-2010)

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