domingo, 27 de febrero de 2011

La Farruca.Homenaje a los grandes.Sábado 26 de Febrero.XV Festival de Jerez. Teatro Villamarta.

Festival de Jerez/Javier Fergo.
Para dar testimonio de su adiós a los escenarios  La Farruca eligió hacerlo homenajeando a leyendas del arte jondo como Arturo Pavón, Caracol o Farruco. Una hora y media de baile señero, un espectáculo de buenos acabados  y  detalles muy cuidados. Una demostración de que el trabajo bien hecho da sus frutos sobre las tablas, y de que la generosidad de La Farruca para dar cabida y protagonismo a toda su gente sólo le acarreó  parabienes.
Obviando superficialidades y poniendo en primer orden  el baile, el taranto puso en valor la figura de Fernanda Romero. Con una energía mayúscula y con los dedos transmutados en crótalos, tuvimos la oportunidad de apreciar, desde la primera linea del guión, que la noche prometía un desenlace feliz.
El pequeño de la saga Montoya Manzano, Manuel El Carpeta, vino a dar su propio homenaje al mayor de los hermanos, Farruquito, con unas alegrías que efectivamente destilaban las formas y velocidades del homenajeado. La Matriarca, por su parte, atinó dando pausa y un zapateo reposado a las  cantiñas, dejando en las retinas una escobilla mecida por los aires de Matilde Coral.
Pedro El Granaíno, que ya venía descollando desde el arranque, puso una pica en Flandes y se erigió como segunda columna de sustento para el espectáculo. Tonás de negra gitanería para los destellos del Carpeta y seguiriyas de pantalón y castañuelas. En los pies y sobre todo en los brazos, La Farruca quiso acercarnos a Carmen Amaya.
Festival de Jerez/Javier Fergo
Pablo Rubén Maldonado introdujo al piano la esperada aparición de Lola Flores y Manolo Caracol, con homenaje mediante a Arturo Pavón, Chocolate y Camarón en la voz de El Granaíno. La zambra caracolera y la bata de cola roja dilataron las figuras ya enormes de Lola y La Farruca. La unica concesión a la comercialidad en toda la velada vino en forma de coros de flamenco pop entre letra y letra, pero ni todos los coros del mundo podían ya restar brillo al baile.
La Farruca se quiso marchar bailando en el nombre de su padre, por soleá. Se quiso marchar dejando en herencia a la efigie de un niño con un sombrero de abuelo, una forma de entender el arte grande.
Una estampa que no por repetida en el seno de la familia Montoya, deja de tener una vigencia y una importancia monumental. Una señal de lo que está por venir. 
El testamento flamenco de La Farruca viene a proclamar el  saludo al mundo de la nueva sangre. Nueva sangre de un antigua estirpe.




Ficha:


Baile:
La Farruca.
Manuel El Carpeta.


Cante:
Pedro El Granaíno.
Fabiola Pérez.
Mara Rey.


Guitarra:
Juan Requena.


Piano:
Pablo Rubén Maldonado.






Texto: Javier Prieto.

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