miércoles, 2 de marzo de 2011

Leonor Leal. ¡eLe, eLe!. Martes 1 de Marzo.XV Festival de Jerez. Sala Paúl.

Festival de Jerez/Javier Fergo.


Cuando además de transmitir eres capaz de aportar belleza a los detalles que rodean a un baile, es difícil fracasar. Leonor Leal se ha dejado aconsejar por voces que la han sabido trasladar a  una atmósfera equilibrada. Cada unos de los bailes tuvo su tiempo, su color y su intensidad, en función de una dramaturgia que hiló fino en las progresiones rítmicas del espectáculo.Los crescendos se fueron desarrollando paulatinamente en cada uno de los interpretes para acabar de unirlos en el cenit escénico, en el cuadro final titulado ¡eLe,eLe!
Leonor surgió  casi como una niña, bailando descalza mientras Rocío Marquez la arrullaba con pregones. Leonor frente al imaginario espejo recibia una respuesta de Tia Juana la del Pipa. De la voz blanca a la voz oscura, de la inocencia a  la picaresca de la bulería.
Cuando parecía que la calma se iba a afianzar como tónica general, Leonor se calzó los tacones y por tarantos fue alimentando y acrecentando su personaje, la Leonor reflejada. Nos sedujo jugando al despiste, al remate de tiempo pasado, taranteando el tango y rumbeando el taranto.
Por caracoles primero y por alegrías después, Juan Parra sentó catedra de baile señero. Baile de tablao antiguo, casi se podía escuchar a Chano Lobato cantando y a Matilde Coral jaleando. La replica, la oscura respuesta la dió una imponente Tia Juana por tangos, bailados y cantados. Tangos que reflejados Leonor bailó con la cristalina voz de Rocío. Leonor y Rocío iban de la mano,al unisono, aumentando su propio ritmo interno. Elogiar remates o escobillas es quedarse cortos.




Negro cuerpo y bata de cola amarilla, de nuevo los polos opuestos en una farruca donde la guitarra de Paco Iglesias se encargó de dibujar las baldosas que Leonor fue zapateando. Farruca, ahora si, ahora no. La descubrimos herética,trazando la impureza con el vuelo de la bata y con la rumba argentinizada. Mostrando que si quiere, baila clásica y que si no le apetece lanza la bata al suelo con desidia.
Rocío Marquez merece una escena aparte, un capitulo sólo para ella. Por fandangos anduvo tan sobresaliente que a punto estuvo de llevarse la obra por delante. Es un prodigio de entonación, de control de la respiración, de conocimiento del cante y de belleza en la ejecución. Tiene luz donde debiera tener voz.
Tia Juana puso a Leonor a bailar soleá por bulerías. Agarrada al pantalón, aferrada a la chaquetilla, dilatando el baile desde su menuda figura. Ancló los pies a la madera y cuándo optó por levar anclas salió volando como un pajarillo.
La carimba en manos Raúl Botella nos devolvió a la niña que se miraba al espejo.Y así, con la sonrisa placentera que despierta la belleza, nos marchamos.
Festival de Jerez/Javier Fergo.

Leonor ha acertado en todo, las voces opuestas de Tia Juana y la de Rocío fueron las dos caras del espejo. Juan Parra fué la maestría, Paco Iglesias supo encontrar los pies de la bailaora en todo momento y poner colores a sus silencios. Raúl Botella estuvo preciso acompañando y dibujó atmosferas.
Los consejos coreograficos de Andrés Marín y Javier Latorre sumaron para llegar a diez junto a la dirección impecable de Francisco López. Leonor, por su parte ,decidió bailar para hacernos felices.



Ficha:

Baile:
Leonor Leal.

Cante:
Tia Juan la del Pipa.
Rocío Márquez.

Guitarra:
Paco Iglesias.

Percusión:
Raúl Botella.

Artista invitado:
Juan Parra.


Texto: 
Javier Prieto



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