viernes, 8 de abril de 2011

El Junco y Susana Casas. Mirando al pasado. Jueves 7 de Abril. Sala Joaquín Turina. Sevilla.


El Junco y Susana Casas han decidido caminar juntos también en los escenarios. Ya lo hicieron en Por un sueño y repiten en este nuevo Mirando al pasado.
La mirada hacia atrás les inspiró para subir a las tablas de un teatro a Loly Flores, objetivo último y justificación de toda la velada. La presencia de Loly fue, de hecho, el punto de inflexión que aceleró la aparición  del mejor Junco posible, y que sacó al espectáculo de las formas del tablao para llevarlas a las formas escénicas.
Previamente, Susana se había ejercitado en un denominada reflexión por seguiriyas. Ejercicio consistente en una corta introducción de planta y baile pausado, para lanzarse cargada de potencia a una escobilla vertiginosa y breve.
El Junco se dejó guiar por Juan José Amador en el taranto. El cantaor ejerció de capitán en toda la primera parte del espectáculo y el bailaor gaditano respondió a la orden de mando bailando a latigazos, marcando bien los tiempos y jugando con cierres a toro pasado. La escobilla y los tangos soplaron como un vendaval para que El Junco comenzase a mostrar, vorágine en el zapateado primero, y formas rotas después. Destellos de lo que es capaz y de lo que nos vendría a demostrar más tarde.

Con el fastidio que supone que el sonido no te permita escuchar a Rafael Rodríguez dibujando las guajiras, nos encontramos con una Susana resolutiva, trazando mejor las líneas en la pausa que en la velocidad. Detalles como la letra de colombianas por bulerías y un final tremendo por parte de guitarra y cante solventaron el número.
Y por fin, tras una pausa por abandolaos a cargo del elenco de atrás, Loly llegó para llenar el escenario de hechizo. Castañuelas y cola, bailando casi a ciegas, ojos cerrados en casi todo el número. Y sobre todo una línea invisible entre su quietud, sus manos y la sonanta de Rafael Rodríguez. Un guitarrista capaz de inventar un baile con el pulso de sus dedos.
Loly se cargó de contención en las letras y explotó con las castañuelas. Exhibió un notable trabajo de pies y cargó con un dramatismo supino las falsetas.
El Junco que anunciaba en el programa una reflexión por soleá, bailó una soleá de manual.
Pausó hasta el deleite el baile y remató con velocidad, dejando el silencio como nota final de los cierres. Cuando el compás decidió acelerar, subió las pulsaciones hasta el paroxismo y se desbocó sacando al mejor bailaor que tiene en su cuerpo.
Susana puso sosiego en una Nana bailada con mantón que fue el preámbulo del número final por alegrías.

Alegrías a dúo entre la veterana y el protagonista. Plasticidad coreográfica  en un silencio doble a cargo de Loly y una escobilla cargada de guasa y guiños por parte del Junco.
El paso a tres final echó el cierre a una noche que sirvió para poner en valor a una bailaora que hasta ayer nunca había pisado el escenario de un teatro. Un valor que también sirve para dignificar y señalar el excelente nivel que se puede encontrar en muchos tablaos, a pesar de que por activa y por pasiva se intente denostar su importancia.


Ficha:

Baile:
El Junco.
Susana Casas.


Bailaora invitada:
Loly Flores.


Cante:
Juan José Amador.
El Galli.


Guitarra:
Rafael Rodríguez.
Miguel Iglesias.


Palmas y cajón:
Roberto Jaén.


Texto:
Javier Prieto.
Fotografía:
Ángela Gentil.

2 comentarios:

  1. Anoche, fui una de las favorecidas por la gracias de verlos en escena y me emocioné tanto que aún cierro los ojos y me veo embrujada por tanto arte. El Junco bailó para nobel, Susana me cautivó y Loly me hizo cerrar los ojos para oír sus palillos que vertiginosamente llenaron nuestros corazones. Flamenco de verdad! Sí señores y DEL MEJOR:
    Un saludo
    Beatriz Salas

    ResponderEliminar
  2. Ah! Detrás no se podía tener más señorío. Un Bravo, bravísimo para ellos.
    Con Dios!

    ResponderEliminar