lunes, 27 de febrero de 2012

Andrés Peña y Pilar Ogalla. El aire que me lleva. Sábado 25 de Febrero de 2012. XVI Festival de Jerez. Teatro Villamarta.

Fotografía: Javier Fergo
Fotografía: Javier Fergo
Fotografía: Javeir Fergo
David Montero se está convirtiendo en el rey Midas de la dirección flamenca. Parece sencillo pero realmente es elogiable que espectáculo a espectáculo evidencie que un trabajo bien medido es tan importante como unas coreografías potentes o un buen plantel de cantaores.
'El aire que me lleva' versa una vez más sobre esa relación indiscutible que Jerez y Cádiz mantienen pese a las posturas de integrismo localista a las que unos pocos nos quieren sumar. Pilar Ogalla y Andrés Peña lo llevan evidenciando muchos años y los resultados les vienen a dar la razón, año tras año.
Con la rosa de los vientos presidiendo la escena, el paso a dos por farruca dejaba entrever que no ibamos a encontrar una apología de lo contemporáneo. Muy al contrario, los bailaores se agarraron a innovar dentro de la tradición y decidieron presentar el espectáculo dotándolo de peso. Pausaron los tiempos sin rubor y, primero por seguiriyas Andrés, y a continuación, Pilar por soleá. Sentaron cátedra de baile con cuerpo, sin artificios y templado hasta el tuétano.
La contención actuó como motor del baile, las piernas se enraizaron al suelo y cuando la lucha se decantaba a favor de uno de los bailaores el nervio construía por si solo los remates. Esa misma contención dotó de presencia a los protagonistas y conectó la danza con la música y el cante con un hilo invisible que casi se podía tocar.
Del Levante a la Sudestada, el viraje trajo aires de sonoridades porteñas a las tablas. Milonga al piano primero y tangos argentinos y por bulerías para llevarnos en volandas a las luces arrabaleras. Jesús Bienvenido bordó el tango de los Mendas Lerendas mientras Pili Ogalla coleaba bata y abanico en ristre. Un rescatado baile de su 'Callejón del asta'. Y si en aquella ocasión Palomar ponía voz de comparsista, en la noche de ayer lo hacía directamente argentinizado, en una mezcolanza de sonoridades de Manuel Molina y Bambino.
Con el viento de Solano Andrés se fue al centro de las tablas a rematar una tras otras las incontables letras de bulerías que Londro y Palomar le cantaban al golpe. Un pie en Jerez y el otro en México.
Bienvenido volvía a la carga para hacer una ranchera 'trasnochadora' y unos fandangos jarochos. El cante flamenco replicaba por Huelva y Pilar se dejaba mecer por el viento usando su mantón como unas alas flamencas. Los aires de la Santana hicieron el resto.
El viento del Norte trajo piano, saxo, trompeta y la negra voz de Esther Weekes. Andrés flamenqueó con aires de claqué mientras los suspiros de Nueva Orleans inundaban el ambiente de efluvios del Mardi Gras.
Para finalizar, el Poniente los llevaba a ambos de nuevo a Cádiz, a la cantiña y la bulería en tonos mayores. Y toda la banda , compás a compás se iba sumando a la fiesta.
El espectáculo transita sin dificultad por varios territorios musicales y estéticos. Queda una sensación de equilibrio, de término medio. El flamenco es flamenco, sin máscaras, y la fusión no estorba para ver que lo que Andrés y Pilar nos ofrecen no es sino una visión actual de lo que toda la vida se ha cantado y bailado en nuestra tierra.
Un tremendo acierto.


Ficha:
Baile

Andrés Peña y Pilar Ogalla.

Cante

David Palomar y Londro.

Toque

Ricardo Rivera y Javier Patino.

Otros instrumentos

Alberto Miras (piano), Antonio Lizana (saxo), Lipi Calvo (trompeta) y Javier Catumba (percusión). 
Texto: Javier Prieto.
Publicado en La Voz de Jerez:
http://www.lavozdigital.es/jerez/v/20120226/jerez/todos-vientos-soplaron-favor-20120226.html

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